Agradezco a mi Dios
por darme la vida,
agradezco a Dios por
tener unos padres a los
qué amo y tener el
orgullo de ser su hija.
“Hay momentos
inolvidables que se
atesoran en el corazón,
y hoy dejo de ser su
niña consentida, para
convertirme en su
princesa querida”.